jueves, 29 de octubre de 2009

Tour socrático // educación sentimental






El nene dice que es cierto, no hay fe improbable. No me importa si a otro no le pasa lo mismo. No me importa, nunca. Al nene le sobra paño y se alimentó porque robaba comida a sabiendas de que el amor existe. Fue enseñanza paterna, que de tan añeja me parece ficticia. Y hoy no importa con que elixir arrincone a las horas, sé que no fuma. Y sé que en el ominoso pálpito de saberse libre, por  exceso de sabiduría, se tornó triste, por carencia de verdades. El nene sigue robando para abdicar a la vida vencida. Porque el trayecto es corto y aunque socráticos eran los de antes, el nene se emancipó de todo. Un croto de mierda igual que su padre, que tampoco fuma.  El suministro de placebos es impagable, no obstante, las cosas en mi vida van mucho mejor que en los diarios con los que me tapo de noche. 4 a.m., madrugada primaveral en el parque y me tiene sin cuidado que a tus hijos les falte la guardia pretoriana para pisar la vereda.  Solo el hombre disgregado no comprende el sentido del orden. La naturaleza se corresponde.  El plomo tiene inscripto tu nombre porque todo el resto es correspondencia. No hay forma de transformar en confort el callo del egoísmo que se formó en el miedo. En tu miedo asegurado. Vos me dirás – no sin falaz elocuencia civil-  que soy un loco, un viejo cegado por la soledad y el alcohol. No es cierto eso, siempre fui un hijo de puta, de pibe empujaba a las viejas para afanarlas. Jamás tomé alcohol y hoy me ves en el banco de la plaza con mi radio a pila desde temprano, desayunando tu basura; no quiero ser el ejemplo de tus hijos. Y no estoy solo, somos miles de soledades mirándote. Y  buscaré sin clemencias entre el odre, la pestilencia y la sombra de los alrededores  mi sueño profundo;  y profanaré tu papelera y obtendré el placer de cronometrar el éxtasis en mi esfínter, para la descarga en los yuyos altos. No me importa que este seco, que no quede yerba, toda la zozobra de mi eterna juventud de deliquio y  pesadilla no son nada comparado con el poder de mi corazón en el día de hoy.