viernes, 11 de julio de 2008

Experience Tour (Pompeya - Abril)




La ultima vez que te vi yo era algo así como una caravana de palabras. Sé que peco de mis estigmas, pues todo lo relaciono con el eximio lenguaje de los hombres, y en casi todas mis divagaciones, decaigo amor, pierdo mi espíritu en madejas irresistibles; le llamas tu: pajas mentales.
Pero vuelvo a los hechos. En aquellos días nos juntábamos a no estar tristes, tu voz serena y apasionada, modificaba el animo de cualquier inanimado. El mozo era un extraño perfecto y te miraba, yo sentía que estábamos en el patíbulo. Pero no, era el bar de siempre, la mesa de siempre. Éramos tristes, empero, y con la prepotencia maquiavélica de lo que nos pasó, ensayábamos un preludio, la crónica, y culminábamos con el llanto. Arrastrábamos las sillas y los abrazos empezaban a la vieja usanza, cara a cara, entrelazados de frente con los brazos, y proseguían cuando las manos bajaban la guardia -entre mirada tormentosas- recorrías mi piernas con la pericia de un relojero, mi péndulo dilataba entre estertores y palabras, mas que bajaba la guardia y la sangre en mi, palabras de las impronunciables que son pocas para mi, ya que digo todo, pero juro que me hablabas al oído como el mismísimo demonio. Nuestro submundo latía procaz debajo del mantel de la mesa.
El mozo se acercaba con el pedido. El café nunca me gusto, pero yo te amo. Vos decías que yo era un corso, sí, pero no de palabras, de delirios presocráticos y persecuciones. Vos me amabas como quien agarra un vaso y se bebe el liquido, yo te amaba como quien se indigesta por beberse la mar. Nos reíamos también, acaso por la facilidad, pero sin duda porque en ese estadio no podíamos mas que reír.
La risa, si usted la toma como un arma, posee la facultad impune de la distracción y del camuflaje. Estábamos tras la risa y mi mano en lo cóncavo.
Vos hablabas todo el tiempo con desconocidos, y yo te decía que te bebas esa agüita del vaso.
¿Sabes porque?
¿Sabes porque amor?

Mozo, nos cobra por favor…

6 comentarios:

seleccionaleatoria dijo...

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("reír, si no es falso, nos libera")

dani dijo...

el día de esas fotos, mi novio estaba arriba de tu terraza, ancima de un changuito de supermercado y yo con un panic attack. Pero estuvo increíble.

Besos iva.

Justine dijo...

Lo compartido provocando la atmósfera situacional; sugerencia proyectiva de los cuerpos y sus índices propia de los vectores.
Fuerzas en tensión… hasta que una de ellas cede y se abre el camino.


Aunque, quizás y en este caso, sobre el metalenguaje y mis palabras en los bordes del texto sean simple redundancia en la superficie.
De todas formas, sigue siendo ocasión de saludo.

recienvenido dijo...

Las primeras dos fotos las saqué yo,
creo,
con un pulso que no terminaba de entender.

abrazo

Ezequiel dijo...

no se porqué pero muchos recuerdos de esa noche son borrosos...me acuerdo del carrito, el sillon, la terraza, las fobias... me acuerdo del viaje de vuelta, inesperadamente fresco a juzgar por la prometedora tarde. Me acuerdo que él nos miraba desde sus siete espejos, aunque no se si el número era superstición o casualidad y que sus espejos tenían neón, estampitas y una foto de Diego. Me acuerdo que una pareja se peleaba acaloradamente para sacarse el frio y bajarse en la reconciliación.

seleccionaleatoria dijo...

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(alguien se perdió en el tour, me parece)